domingo, 23 de febrero de 2014

Prólogo

"Lo mejor de los viajes es lo de antes y lo de después."
Maurice Maeterlinck

 
Mis viajes no suelen tener mucho prólogo, más que pensar en sacar pasajes y luego abordar. Sin embargo, al decidirme a hacer este viaje hubo un poco de preparación previa. ¿Qué debía tomar en cuenta a la hora de viajar por el mundo andino?, pensé. Dólares, muchos dólares, claro está. Vacunas. Ya tenía la fiebre amarilla dada, y no hacía falta más que esta. Itinerario. Un paneo general de los lugares a visitar y las estadías recomendadas. Aunque mi idea era no atarme a un recorrido fijo, es recomendable tener una hoja de ruta tentativa, sujeta a cambios, claro. Pasaporte, equipaje, elementos tecnológicos, cámara. Ya todo estaba arreglado.
Sacar un pasaje puede tornarse algo caótico cuando uno no tiene experiencia, como yo. Como aprendizaje, es necesario decir que no hay que caer en la tentación facilista de despegar.com, ni de otros sitios de viajes. Normalmente tienen los precios de los pasajes más altos que en los sitios de las aerolíneas, y no tienen una oferta completa. Luego de mucho buscar, me decidí por un vuelo barato de Aerolíneas Argentinas hasta el punto inicial del viaje que era la ciudad de San Salvador de Jujuy.
Como mi idea era llegar hasta Ecuador, no cabría sentido comprar un pasaje de ida y vuelta. En cambio, busqué un pasaje de vuelta que saliera directamente desde este país. La mayoría de las aerolíneas me ofrecían valores hiperinflacionarios que no quise convalidar, hasta que finalmente encontré un vuelo de Tame que valía la mitad de lo que me ofrecían.
Resuelto el tema pasajes, ¿qué hacer con el hospedaje? La respuesta que me di fue "nada". Y fue lo más acertado. Reservar hospedajes previamente puede convertirse en una pesadilla, y muchas veces podés encontrarte con sorpresas indeseadas. Fue una decisión acertada no reservar y, en cambio, buscarlo una vez llegado a cada destino.
La ropa. En los Andes hace MUCHO frío. Una buena cantidad de ropa de abrigo es necesaria, incluyendo medias gruesas e incluso un paraguas para sobrellevar la incansable lluvia de la estación húmeda. No hay nada peor que estar mojado y a cinco grados bajo cero en el viaje.
Lo último fue considerar llevar víveres desde acá, para evitarme sorpresas allá. La yerba mate, cuestión vital y casi sacra para casi cualquier argentino. Es menester dejarse un lugarcito en el equipaje y asegurarse de llevar aproximadamente un kilo por persona por mes. Elementos de higiene: son muy caros en el mundo andino. Lo ideal es hacerse un pequeño neccesaire con jabón, shampoo, desodorante y lo que uno utilice habitualmente. También es importante llevar remedios para la fiebre, para el dolor de cabeza y algún protector hepático, por los abruptos cambios en la dieta.
Hasta aquí, el prólogo.